lunes, 1 de noviembre de 2010

Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

En la víspera del Día de los Ancestros, los niños del Imperio se lanzaban a los caminos a pedir golosinas a los pacíficos súbditos, vestidos de dragones furiosos, genios malvados, ancianas magas malignas, fantasmas de antepasados. Era costumbre bárbara de reciente aceptación entre el pueblo.
- ¡No, no y no! ¡Esta noche os quedáis en casa¡ ¡Ya tuve que aguantar bastantes coñitas con vuestro atuendo de calle cuando fuimos a visitar al Gran Jefe Ahora Blanco Ahora Negro! - la Emperatriz Son So recriminaba a sus retoñas. Estas se alejaron cabizbajas.
- ¡Jo, tía! Esto de vivir en el palacio mola menos que el Premio Nobel de la Paz de este año - la menor se quejaba amargamente.
- ¡Passa de todo, tía! Salimos de pijas divinas de la muerte, y así pasamos desapercibidas - resolvió con buen criterio taoista la mayor- ¿Qué te parece la idea, papá?
El Emperador cuchicheó un rato con su Edecán Demoscópico y se acercó a las querubes.
- No es mala solución, niñas. Pero no aceptéis caramelos de tipos raros casados con niponas.
- ¿De qué habla, tía?
- Me parece que se refiere al cantante de los Beatles.
- Pero ¿éste aun no se ha enterado de que está muerto?

Enlace al comentario en el Blog de Santiago González

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