Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

Buenos días.

Estatuas de escarcha veladas
Lotos en hielo cuajados
Grajos en vuelo bajo
El Jardín estaba listo para Lo Que Importa

El Emperador cabalga sobre Los Treinta y Tantos
Mas a la puerta se paran
No queremos salir ¡carajo!
Que fuera hace un frío que no se soporta

De "Tu Nombre Me Sabe A Quiebra" poema épico del Cancionero de la Dinastía P´Soeng

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

Buenos días.

En el ala oeste de la Casa Sin Blanca se celebraba una reunión entre el Gran Jardinero de Brotes Rojos y los Treinta Tigres de Papel Moneda. Sólo ante situaciones de gran peligro para el Imperio, el Emperador hacía uso de sus poderes sobrenaturales para invocar a tan terribles bestias, capaces que arrasar el planeta con una simple orden de venta de acciones bursátiles; más, embobados por el Aura de Suprema Virtud que nimbaba al Elegido por la Turba Colorada, se comportaban como dóciles perrillos pekineses.
- Yo estoy en vuestro lugar: también he hecho algún negocio ruinoso.
Aprovechando esta muestra de sinceridad que debilitaba momentáneamente el Aura, uno de los tigres sacó sus garras.
- ¿Quieres con esto decir que tú también eres otra víctima más de tus propias políticas económicas?
- Bueno, como todos sabéis, la que lleva las cuentas de la familia es Son So; ella es la que entiende la diferencia entre un tipo fijo y uno variable.
- Ya, comprendo -replicó el tigre. - Entonces ¿no será más práctico que te reúnas con ella para que te aconseje cómo repeler el ataque de los especuladores?
- ¿Te has vuelto loco? ¡No puedo echarle la culpa ante la Turba Colorada de las decisiones que debo tomar! Y además, para los Grandes Mogoles de Frankfurt y de Bruselas, vale mucho más una foto con todos vosotros en la escalinata del palacio que una paseando por Asturias con ella.

En ese momento, los flashes de las cámaras cegaron a los tigres que abandonaron el lugar más pacíficos que nunca.

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

Escalinata de la Moncloa, sábado 27, a eso de la hora del aperitivo.
Rodríguez - ¿Estamos todos?
Los 37 elegidos - ¡Siiiiiiiiiiii!
R - Va la foto. Mirad al pajarito
Todos, a coro - ¡PA-TA-TA!

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

Escalinata de la Moncloa, sábado 27, a eso de la hora del desayuno.
Chambelan Imperial - No se amontonen en la puerta, por favor. Les iremos llamado por orden alfabético. ¡Ádhamhnán O´Really!
- ¡Yes!
CH - ¡Aonghus O´Hara!
- Here I go.
CH - ¡Baoth O´Meara!
- It´s me.
CH - ¡Buadhach O'Doherty!
32 irlandeses más tarde
CH - Y , finalmente ¡Urard O'Siodhachain!
- Thank you, sir.
Asistente Técnico del Chambelán Imperial - ¿Pero quienes son estos tíos? ¿no iban a venir unos empresarios españoles?
CH - Iban a venir, sí. Pero han mandado en su lugar a unos colegas suyos que, por lo visto, están más puestos en quiebras.

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

Buenas tardes.

Con motivo del Festival de la Cosecha de Brotes Verdes, los campesinos se aderezaban con sus mejores galas, las labradoras se adornaban con complejos peinados y las zagalas celebraban su fiesta de puesta de largo. Todo el pueblo conmemoraba la feracidad de la tierra libando abundantemente oscuros brebajes y engullendo su plato favorito. Los músicos interpretaban tonadas populares y se bailaba una antigua danza, en la que se recordaba el combate de los campesinos contra los escarabajos antes de la invención de los pesticidas. Durante esos días, a los varones se les llamaba Pa Ddy y las damas, Mo Lly.
Todo era poco para conmemorar la esperada cosecha de trébol.

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

Buenas tardes.

- ¡Qué paz! ¿no sentís el sutil aroma de los claveles, las rosas y las sardinas asadas? Escuchad: una bella voz que canta una hermosa melodía local. ¡Ah, qué lejos quedan en este marco incomparable las preocupaciones de la tarea de gobernar el Imperio! En verdad necesitaba acudir a este apartado retiro, donde puedo meditar sin que nadie perturbe Mi Augusta Presencia.
El Sumo Maquinador de la Paz paseaba tranquilo por las orillas del Mar de Paja con sus inseparables Dama Kar Mah y Dama Tri Ni.
- ¡Oh, Máxima Lumbrera Rutilante! ¿no es molesta tanta indiferencia para Tu Inmarcesible Narciso? - se extrañaba la Ministra de la Horda Mansa.
- ¡Quita, quita! Aquí se duerme fenomenal, sin que me molesten los mandarines con sus chorradas ¡hasta puedo olvidarme de la agenda! Mira, parece que ese indígena que se acerca me ha reconocido. Ve a ver que quiere.
- ¡Stop, gusano! ¿que deseas de Su Notoriedad Etérea?
- Com licença: Joâo Da Graça Poliinsaturada, jornalista do Globo do Futebol. Você nâo é o Excelentísimo Ministro dos Desportos Expanhois?
- Perdón, creo que se confunde usted de persona -contestó cortés el Emperador, al tiempo que se alejaba al trote, escoltado por sus acólitas.
A lo lejos se le oyó gritar: ¡joder, ni aquí lo dejan tranquilo a uno!.
Se rumorea que ese día superó su mejor marca personal haciendo jogging.

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Buenos días.

La Dichosa Dinastía no conseguía afianzar su imperio en la Principado de Katay Lu Nha. Se intentaron múltiples tretas para atraer el favor de las tríadas locales; por ejemplo, la promesa del Emperador de aumentar la altura de la Gran Muralla en el tramo que pasaba por la región fue muy bien acogida por los más exaltados indígenas, que creían no estar del todo seguros frente a molestas invasiones e influencias foráneas.
Así se hizo. Se ordenó incrementar la elevación de la ya imponente muralla con nuevos sillares; mas estos resultaron ser endebles adobes de tierra y paja revestidos de delgadas placas de formica, acabado simil jade, para darles la apariencia de solidez que no tenían. Descubierto el engaño, el Marqués Mon Thi Ya no tuvo más remedio que convocar nuevas oposiciones al mandarinato regional para aplacar las iras de sus aliados.
Para evaluar la capacidad de los aspirantes a mandarín se efectuaban diversas pruebas sobre las materias de música, danza y poesía. El primer ejercicio en estas oposiciones fue la composición de un poema erótico.
El Marqués, un sólido erudito en retórica, dialéctica y oratoria, escribió:
"La Urna es Fuego
la Papeleta, Estopa
Viene la Mujer
y Me Vota."

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Buenos días.

La alta calidad alcanzada por la artesanía de la porcelana producida durante los períodos de Primaveras y Otoños Electorales era legendaria en todo el orbe conocido. De remotos países llegaban viajeros para admirar aquellos hermosos floreros de elegantes formas que producían los más conspicuos especialistas en la industria del know how equinoccial-electoral. Estos ingeniosos artesanos competían entre sí para elaborar la pieza con las paredes de menor espesor y mayor vacío interior; una pieza de deslumbrantes brillos nacarados que provocara el pasmo entre los electores.
La competencia entre los ceramistas llegó a tal paroxismo que los que estaban sueldo de la Corte Divina presentaron al público un búcaro excepcionalmente natural, mientras que los de la Secta de la Gaviota Azul tumbaron a la crítica con un bello tiesto interactivo.
Sin embargo, no todo el populacho era sensible a estas innovaciones pues algunos, sobre todo varones, preferían la producción de un ollero novato, especializado en cocottes de voluptuosas formas clásicas.
Algunos bárbaros se preguntaban cómo se había podido haber llegado a tal extremo de perfección en la vacuidad.

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Buenos días.

Los días transcurrían tan placida y rutinariamente en el Palacio del Aire en Movimiento que los cortesanos no alcanzaban a diferenciar una jornada de otra. Un lunes podría pasar fácilmente por un jueves, los domingos eran confundidos con los martes o los viernes. Este desorden mental de los mandarines generaba algunos inconvenientes, sobre todo cuando hacían públicos los Inspirados Razonamientos del Especulador Máximo.
- Tengo que narrar al pueblo nuestras hazañas en el Desierto de los Ricos Fosfatos ¿Alguien recuerda cuando se conquistó ese territorio? - preguntaba Mar Zhe Lin, nuevo Heraldo de Su Sumidad.
- Eeehm... eeehm... ¿durante la república del Caballero Lar Go? - contestó la Ministra de Acupuntura.
- No, hija; en ese tiempo las proezas de nuestra Dinastía, que sea por siempre alabada, fueron grandes mas no se llegó a tener conocimiento de la existencia de ese territorio.
- ¡El innoble Usurpador Frang Kong! ¡Fue ese, fue ese el que sojuzgó a los Sah Haa Güis!
- Sí, encaja perfectamente con sus tropelías. Sólo a él podría habersele ocurrido invadir un desierto junto al mar para tener una playa grande para veranear sin tener que aguantar a una muchedumbres de bañistas peleándose por un sitio en la arena.
- ¿De verdad? Pues así visto, no parece tan mala idea. Entonces ¿por qué abandonó esa playa tan grande si era tan cómoda?
- El equipo médico habitual le aconsejó que no tomara más el sol.

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Buenos días.

El Inspirado Consejo Áulico y Cuasiplenipotenciario era un hervidero de polémicas y feroces disputas entre los ministros, asesores, ayos, etc. por los últimos acontecimientos que habían ocasionado múltiples quebraderos de cabeza a la Testa Imperial. Se analizaban pormenorizadamente los últimos reveses encajados por El Líder:
- Un error, ha sido un error total. Debió haber parado en boxes para cambiar los Dassler Puma por unos Adidas - opinaba el Celador de los Pies Celestes del Veloz Corredor de Fondo.
- ¡Ni de coña! Lo que tenía que haber hecho es no pasarse de frenada en la recta de llegada. ¡Y esas mallas, por Al Gor! - disentía el Entrenador Personal del Ministro de Deportes.
-Nos vais a hundir a todos con vuestras ideas ¿se puede saber de quién fue la idea de marcar a Cameron y no a Sarkozy? - recriminaba la nueva Ministra de Acupuntura.
En ese momento, los presentes comenzaron a mirar al techo, e incluso alguno se atrevió a entonar conocidas melodías de Myanmar (de soltera, Birmania).
- Mientraz tanto ¿que hago con er follón der Dezierto de los Rico Fosfatoh? - se preguntaba Dama Sonrisa Perlada.
- Que te eche una mano tu antecesor. Coge el avión y búscalo. Una pista: no está en el Caribe - aconsejó Rubal Khan.
La ministra partió inmediatamente hacia el altiplano andino.

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Buenos días.

- ¡Lafo-to, lafo-to, lafo-to! - El Emperador no cesaba de repetir el mantra. Mientras, el Junco Imperial volaba por los cielos del planeta.
- Apura, coño, que no llegamos a tiempo - azuzaba Dama Kar Mah al timonel de la nave.
- ¡Ozú, que palizón, por Al Gor! Pol la mañana en Afganistán y pol la tarde en Bar Nah. Ezto no é vivir - Sin descomponer el rictus sardónico, Dama Sonrisa Perlada se quejaba de su destino como Ministra Volante.
- Y lo que te rondaré, rubia. ¡Anda que no te quedan horas de viaje como correveidile de los asuntos exteriores del Emperador!
- ¿Como dizez, Kar Mah? ¿Qué tendré que viajá continuamente como Miniztra de Contemporización con la Barbarie Ezterior? ¿No llega con que zólo haga declaracionez zin zalir de palacio?
- No, nena. Has de ir inmediatamente a Ben He Zhuela a disculparte ante el Gran Khan Mordedor de esa prometedora ex-colonia por haberle echado en cara que en su reino no haya presos políticos suficientes para construir la Gran Muralla que tiene proyectada.- Dama Kar sacó el látigo y se dirigió a la cabina de mando - ¡Tú, piloto! ¡Acelera, que el Emperador va a salir del trance sin alcanzar el nirvana!
El Inigualable Modelo de Todos los Huecograbados en Cuatricromía seguía ensimismado en su jaculatoria.
- ¡Lafo-to, lafo-to, lafo-to! ¡Lafo-to, lafo-to, lafo-to!¡Lafo-to, lafo-to, lafo-to!¡Lafo-to, lafo-to, lafo-to! ¡Quenollegoatiempo quesevasinhaceralfo-to ¡Lafo-to esloque importa!

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

Buenos días.

-No estamos en Afganistán para quedarnos. - proclamó el Omnipresente Guía Delicuescente, acompañado por Dama Sonrisa Perlada y Dama Kar Mah, ante la turba indígena y los soldados enviados al inhóspito desierto allende las Celestiales Montañas.
Un murmullo de aprobación recorrió la muchedumbre cual tifón atravesando un campo de sorgo; incluso algunos malignos historiadores afirmaron haber oído más de un suspiro de alivio.
- Oye, Tri Ni ¿habrán entendido bien lo que he dicho? Me parece que han deducido que sólo hemos venido aquí, nosotros tres, a pasar el día de picnic para esquivar al irritante Bonzo Blanco.
- ¡Oh, Zumo Pontífice de Todoz loz Rioz Zecoz del Imperio! Tuz palabraz zon claraz como la corriente del Zhu Jiang en Guangdong (de zoltera, Cantón).
Dama Kar Mah, Ministra de Gala y Faena, intentó inútilmente reprimir el carraspeo causado por una mota de polvo desértico que se deslizó hasta su garganta; creía que su silencio podría ser mal interpretado a causa de esta inoportuna molestia faríngea. El Emperador le dirigió una mirada aniquilante que curó instantáneamente el picor en el gañote ministerial. Aliviada, recobró la compostura.

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

Buenos días.

El pueblo no era feliz, a pesar de los esfuerzos del Dichoso Gobierno del Emperador Afortunado y Satisfecho.
Una de las fuentes de desdichas más importantes era la prelación en los nombres de los súbditos, regida hasta el momento por la costumbre de consultar a los ancestros mediante chamanes venidos de Siberia.
-Me ha nacido un hijo, reverendo ¿cómo ha de llamarse?
- Trae las botellas de maotai, que ahora te lo digo.
Antes de entrar en coma etílico, el vidente comunicaba la decisión de los antepasados. Era evidente que la respuesta obtenida por este procedimiento pocas veces satisfacía a los progenitores.
- Alto Loto Carmesí, hemos de resolver este problema de los nombres, que hace infelices a vuestros siervos porque impide que tengan trabajo y alcancen cotas de productividad que levanten el PIB de una puta vez - informó el Sumo Luchador de la Justicia.
El Emperador meditó unos instantes. Así habló:
- Punto número uno: que vaya Ma Ri The Pilar Fundamental al Consejo de Sabios Pasados de Fecha a ordenar la felicidad por decreto. Punto número dos: que el registrador del nombre pinte los ideogramas más bonitos y que armonicen mejor entre sí, si no le gusta los que da el chamán.
- ¿Y si los padres no están de acuerdo con el registrador, sire?
- Que consulten ellos también a los ancestros, pero con vino de lagarto.

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Buenas tardes.
Era día de audiencia en el Palacio de la Bermeja Tierra Mostrenca y el Escarlata Viento Registrador. Todos los ministros (y ministras) estaban postrados (proa en tierra, popa en pompa) ante el Trono del Colmo Encarnado; tan sólo el Centinela de las Voces estaba erguido junto al Emperador Carmesí. Ambos estaban muy mosqueados por las últimas publicaciones del Ministro de las Cuatro Reglas y la Caligrafía Parvularias, pues el Centinela había decretado a todos los miembros (y miembras) del Feliz Gobierno Granate una moratoria de notas referidas a las intenciones de los Victimarios de la Región del Norte; pero el escriba había osado garrapatear unos ideogramas antes de la derogación de este aplazamiento.
- Confiamos en ti, gracias a las buenas referencias que nos dió tu fiel hermano; en particular apreciamos mucho vuestra intensa y fluida comunicación en familia. Pero recuerda que hay mucho confiado que cree que, por mover la boca, aún está vivo cual carpa de ración de la infiel Taiwan.
Se oyó un reprimido trago de abundante saliva. Nunca se supo quién fue al que los lichis se le pusieron por corbata.

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

Buenos días.
Gracias a todos los que siguen estos "Anales de los Lotófagos del Lado Izquierdo" y que, a pesar de nuestra pésima caligrafía pinyin, los encuentran interesantes y nos animan a continuarlos. Intentaremos mantener un decoro mínimo en nuestros relatos sobre la Dichosa Dinastía sin pretender solaparnos con las sin duda mucho más amenas Crónicas desde el Foro del ilustre historiador romano Callo Tacito.

(Fannie - Lo malo de los imperios es que se parecen mucho entre sí. Vemos cómo les fue al egipcio, al hitita, al romano, etc. y te das cuenta que todos se van al carajo por lo mismo: una panda de dirigentes semidiotas que viven como dioses y un pueblo que sobrevive como rata de alcantarilla; mientras tanto los bárbaros son los que cortan el bacalao. Es una historia que repite más que el ajo de Jinxiang.
Freddie - Bueno, más o menos. El Imperio del Centro no creo que haya sido liquidado todavía. Es más: me parece que está en pleno auge)

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

En la víspera del Día de los Ancestros, los niños del Imperio se lanzaban a los caminos a pedir golosinas a los pacíficos súbditos, vestidos de dragones furiosos, genios malvados, ancianas magas malignas, fantasmas de antepasados. Era costumbre bárbara de reciente aceptación entre el pueblo.
- ¡No, no y no! ¡Esta noche os quedáis en casa¡ ¡Ya tuve que aguantar bastantes coñitas con vuestro atuendo de calle cuando fuimos a visitar al Gran Jefe Ahora Blanco Ahora Negro! - la Emperatriz Son So recriminaba a sus retoñas. Estas se alejaron cabizbajas.
- ¡Jo, tía! Esto de vivir en el palacio mola menos que el Premio Nobel de la Paz de este año - la menor se quejaba amargamente.
- ¡Passa de todo, tía! Salimos de pijas divinas de la muerte, y así pasamos desapercibidas - resolvió con buen criterio taoista la mayor- ¿Qué te parece la idea, papá?
El Emperador cuchicheó un rato con su Edecán Demoscópico y se acercó a las querubes.
- No es mala solución, niñas. Pero no aceptéis caramelos de tipos raros casados con niponas.
- ¿De qué habla, tía?
- Me parece que se refiere al cantante de los Beatles.
- Pero ¿éste aun no se ha enterado de que está muerto?

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Freddie Mac y Fannie Mae dijeron...

- ¡Qué no, tía! ¡que no está muerto!
- Que sí, joer, que murió de cáncer.
- Ese era el otro guitarra. El que dice papá trabaja en Telemadrí; aquí lo pone ¿ves, tía?
- Joer con el carroza ese. Está más pasado que el huevo de los cien años.

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